Inspección de vivienda de segunda mano: compra con total garantía
Comprar una vivienda de segunda mano es una decisión importante y, a menudo, la mejor opción si buscas ubicación, carácter o amplitud de espacio. Sin embargo, frente a una vivienda nueva, existe un mayor riesgo de desperfectos ocultos o patologías no visibles. Aquí es donde adquiere relevancia una inspección de vivienda antes de comprar.
¿Qué es una inspección de vivienda de segunda mano?
Una inspección de vivienda es una evaluación técnica y objetiva de todos los elementos clave de una casa usada: estructura, instalaciones, acabados, humedades, cumplimiento normativo, entre otros. Un profesional cualificado (arquitecto técnico o aparejador colegiado) realiza una visita detallada, recaba datos, fotografía desperfectos, y elabora un informe exhaustivo y claro que permite al comprador conocer el estado real del inmueble.
¿Para qué sirve esta revisión antes de comprar?
- Detectar defectos ocultos que podrían requerir reformas costosas o comprometer la habitabilidad del hogar.
- Contar con herramientas para negociar el precio en base a los hallazgos.
- Aportar seguridad y tranquilidad frente a sorpresas posteriores.
- En algunos casos, permitirte retirarte de la compra si los problemas son graves o superan tu presupuesto.
¿Quién debería realizarla?
Lo ideal es que la inspección sea llevada a cabo por un arquitecto técnico o aparejador colegiado. La formación técnica, la experiencia y el rigor profesional garantizan un análisis imparcial y ajustado a la normativa vigente.
Inspección Vivienda Segunda Mano
¿Qué incluye la inspección?
Entre los aspectos evaluados están:
- Estructura: cimentación, muros, vigas y forjados.
- Instalaciones: electricidad, fontanería, gas, calefacción y aire acondicionado.
- Acabados: suelos, techos, carpintería, ventanas, humedades, impermeabilización.
- Otros elementos: seguridad, ventilación, salubridad y estado general.
¿Cuánto cuesta y qué beneficios aporta?
El precio medio de una inspección en viviendas de segunda mano en España suele situarse entre 300 € y 400 €, aunque puede variar según tamaño, ubicación y complejidad. La inversión merece la pena: te evita gastos inesperados, aporta argumentos de negociación y te da la certeza de realizar la compra con criterio.
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- Seguridad a la hora de adquirir una vivienda de segunda mano.