La dirección facultativa en obras de construcción es un servicio crucial para garantizar que la obra de construcción proyectada se desarrolle de manera eficiente, segura y conforme a los estándares establecidos.
Esta función recae principalmente en dos figuras clave: el arquitecto y el arquitecto técnico o aparejador. Cada uno desempeña roles específicos que se complementan y coordinan sus esfuerzos para llevar a cabo la ejecución de la obra.
El arquitecto
El arquitecto asume el papel de director de obra, siendo su responsabilidad principal velar por la correcta materialización del proyecto arquitectónico. Desde la fase inicial de diseño hasta la entrega final de la obra, el arquitecto supervisa y coordina los aspectos técnicos y estéticos del proyecto. Durante la ejecución, su labor incluye la interpretación de planos y especificaciones, la toma de decisiones sobre posibles modificaciones y la supervisión del cumplimiento de normativas urbanísticas y constructivas.
El arquitecto técnico o aparejador
Por otro lado, el arquitecto técnico o aparejador actúa como director de ejecución de la obra. Su función es garantizar que la construcción se realice conforme a lo establecido en el proyecto y en cumplimiento de la normativa de construcción vigente y estándares de calidad. Esta labor implica la supervisión de los trabajos en el lugar, la verificación de la correcta ejecución de las diferentes fases constructivas, el control de costes y plazos, el control de calidad de todos los materiales que intervienen en la obra y la elaboración de informes técnicos.
El coordinador de seguridad y salud
Si bien es posible que tanto arquitectos como arquitectos técnicos puedan desempeñar la labor de coordinador de seguridad y salud, lo más común es que este trabajo recaiga en el arquitecto técnico.
Esto implica el estudio, revisión y aprobación del plan de seguridad y salud elaborado por el constructor, la identificación y evaluación de riesgos, la supervisión de medidas preventivas, la organización de reuniones de coordinación de seguridad con los diferentes agentes implicados y la realización de inspecciones periódicas para asegurar el cumplimiento de las medidas establecidas.
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Colaboración estrecha entre el arquitecto y el arquitecto técnico
La colaboración estrecha entre el arquitecto y el arquitecto técnico es esencial para el éxito del proyecto. Ambos profesionales aportan sus conocimientos y habilidades específicas para garantizar la calidad, seguridad y cumplimiento de los objetivos planteados. Su labor no se limita únicamente a la fase de construcción, sino que abarca todo el proceso, desde la concepción del proyecto hasta su finalización.