Un aparejador, también conocido como arquitecto técnico en algunos países, es un profesional clave en el sector de la construcción. Su labor es fundamental para asegurar que los proyectos de edificación se lleven a cabo con precisión, seguridad y conforme a las normativas vigentes. Este profesional es responsable de coordinar, supervisar y controlar todos los aspectos técnicos del proceso constructivo, desde la planificación inicial hasta la entrega final de la obra.
Funciones y Responsabilidades
El aparejador actúa como enlace entre los arquitectos, ingenieros, constructores y propietarios. Una de sus principales funciones es la gestión técnica de la obra, lo que implica la supervisión de los trabajos para garantizar que se cumplan los plazos, los costos y la calidad especificados en el proyecto. Este control abarca tanto los materiales utilizados como la ejecución de las labores, asegurando que todo se realice conforme a los planos y normativas.
Otra función crucial es la elaboración de presupuestos y mediciones. El aparejador se encarga de calcular los costes de los materiales y de la mano de obra, así como de realizar las mediciones necesarias para asegurar la correcta ejecución del proyecto. Además, colabora en la redacción de proyectos técnicos y puede asumir la dirección de obras de menor envergadura.
En términos de seguridad, el aparejador tiene un rol fundamental como coordinador de seguridad y salud. Debe garantizar que en la obra se cumplan todas las normativas de seguridad para prevenir accidentes y proteger tanto a los trabajadores como a los futuros usuarios del edificio.
Además, el aparejador participa en la gestión de licencias y permisos, asegurando que se obtengan todos los documentos necesarios para iniciar y completar la obra dentro del marco legal. Asimismo, una vez finalizada la construcción, es responsable de verificar que todo esté en orden para que se pueda obtener la cédula de habitabilidad o el certificado de final de obra.
Cómo Llegar a Ser Aparejador
Para convertirse en aparejador, es necesario seguir una formación específica que varía según el país. En España, por ejemplo, se requiere cursar el grado en Arquitectura Técnica, que es una carrera universitaria de cuatro años de duración. Este grado proporciona una formación integral que abarca áreas como la construcción, la tecnología de materiales, la gestión de obras, la seguridad y salud laboral, y la sostenibilidad.
El plan de estudios combina materias teóricas con prácticas en empresas del sector, lo que permite a los estudiantes adquirir experiencia real en el campo de la construcción. Además, es común que los futuros aparejadores realicen un proyecto final de grado, que consiste en la elaboración de un proyecto técnico en el que deben demostrar todos los conocimientos adquiridos durante la carrera.
Tras finalizar la carrera, aunque no es obligatorio, muchos aparejadores optan por colegiarse en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de su región, lo que les permite acceder a una red de contactos profesionales, formación continua y asesoramiento legal.
Además de la formación académica, es esencial que un aparejador desarrolle ciertas competencias profesionales. Entre ellas destacan la capacidad de organización, habilidades de comunicación, atención al detalle, capacidad para resolver problemas y una sólida comprensión de las normativas técnicas y legales que rigen el sector de la construcción.
En resumen, el aparejador es un profesional esencial en el proceso constructivo, encargado de coordinar y supervisar la correcta ejecución de los proyectos de edificación. Llegar a ser aparejador requiere de una formación universitaria específica en arquitectura técnica, complementada con experiencia práctica y un continuo desarrollo de habilidades profesionales. Con una demanda constante en el sector de la construcción, la carrera de aparejador ofrece amplias oportunidades de empleo y desarrollo profesional.