Poco se habla de los clientes tóxicos
Los hechos descritos están basados en hechos reales. Se han modificado y/o omitido datos que pudieran servir para identificar a la persona o la vivienda en concreto.
Los hechos narrados acontecieron en el frío mes de enero de 2025.
El principio
La tercera semana de enero me escribió un supuesto “cliente” (yo lo llamaría “Visionario inmobiliario sin obstáculos legales”, mucho más apropiado) que decía ya en el asunto: “Solicitud de Presupuesto para Licencia de Primera Ocupación y Certificados”.
Ya el asunto es llamativo pues el término “Licencia de Primera Ocupación” no es un vocablo que esté a diario en la calle, más bien es un término técnico conocido por los profesionales del sector, pero muy poco por la población. Así que enseguida captó mi atención y me puse a leer con detalle.
“…me pongo en contacto con ustedes [este “ustedes” da píe a pensar que ha enviado el mismo e-mail a todos los arquitectos/aparejadores que encontró en Google] para solicitar un presupuesto para la gestión de una Licencia de Primera Ocupación o Cédula de Habitabilidad y un Certificado Energético para mi vivienda habitual.”
El inmueble se encuentra en el centro de —— (capital de provincia española muy turística), fue construido en 1950 y completamente reformado en 1991. Tiene una superficie útil aproximada de 117 m² (incluida la terraza). Vivimos en él desde hace unos 20 años, durante los cuales ha estado destinado como vivienda principal.
El objetivo es obtener la documentación necesaria para tramitar una licencia de Vivienda de Uso Turístico (VUT).
He consultado en el Ayuntamiento sobre los planos del inmueble, pero no les consta en el expediente la cédula de habitabilidad. Por tanto, entiendo que necesitaría asistencia profesional para obtenerla y, posteriormente, gestionar la licencia de VUT.”
¡¡¡Que raro todo!!!
Me parece muy raro que una vivienda tan antigua no tenga licencia de primera ocupación, máxime cuando se encuentra dentro de un edificio. Cuando lo normal es que se otorgue para el edificio completo al presentar el fin de obra al ayuntamiento.
Pero me fijé que decía que fue completamente reformada…. ¿Y si esa reforma no era solo estética, sino que ampliaba superficie, o incluso cambiaba el uso…?
Y si resulta que lo originalmente era un trastero pasó a ser vivienda tras la reforma… O si una vivienda existente se ha ampliado acaparando para sí parte de la cubierta o trasteros…
En ese punto se encendieron todas las alarmas.
Alguien ha hecho una obra ilegal hace 34 años, una obra en la que quizá no habrá intervenido ningún arquitecto o aparejador y que probablemente no cumplirá normativa alguna. Y que por tanto no se podrá legalizar ni hacer ningún tipo de certificado energético ni de certificado de idoneidad de vivienda de uso turístico (CIVUT).
Debería haberlo dejado justo ahí, pues ya era evidente que no cabía intervención profesional alguna.
Pero el morbo me pudo, así que le respondí.
Lo siento, pero el submundo de la delincuencia urbanística me atrae.
Le intenté contactar por teléfono en varias ocasiones, pero al descolgar e identificarme, siempre le entraban muchas prisas y nunca quiso hablar conmigo. Así que le respondí al e-mail.
En un segundo e-mail, ya me dice que el ayuntamiento no le da licencia de VUT al ser la vivienda un 3º, y en ese municipio solo se admiten en planta baja o 1º.
Pero… si ya lo sabes, para que pides presupuestos de honorarios…
Aparte de insistir en conseguir licencia VUT y que documentos se necesitan me dice que la vivienda es de un familiar y que él ahora pretende adquirirla. Que quiere realizar derribo de algún tabique y otras modificaciones y que quiere que personalmente visite la propiedad.
Mmmm…. ¿Entonces para que pides presupuesto de servicios que ya sabes que no necesitas…? Si lo que realmente quieres es que un técnico visite tu vivienda y te asesore sobre obras a realizar y sobre como legalizar una vivienda que es ilegal, ¿por qué no lo pides de forma clara?
Sé que no debía responder, pero…. Lo hice.
Mi respuesta fue que mis servicios de asesoramiento tenían un coste y que mi desplazamiento hasta su vivienda también tenia costes. Le indique amablemente que le cobraba 300 € por una hora de asesoramiento en su casa, y que por supuesto tenía que abonar los honorarios previamente a realizar la visita.
Y claro, como era de esperar… nunca más se supo del “cliente”.